Las ondas electromagnéticas transportan energía a través del universo y se constituyen por un campo magnético y un campo eléctrico que vibran en planos perpendiculares entre sí y a la vez perpendicularmente a la dirección de la onda.
La luz es una onda electromagnética.
Las ondas electromagnéticas muestran una serie continua de frecuencias y longitudes de onda. Frecuencia es el número de crestas de onda que pasan por un punto en un segundo. La frecuencia de las ondas electromagnéticas varía de una a más de un cuatrillón (10) por segundo.
En cuanto a la luz, las frecuencias varían entre 4 y 8 centenares de billones de ondas por segundo. El tiempo de duración de la longitud de onda nos da la velocidad de ésta. Y la frecuencias será tanto más elevada cuanto más corta sea la longitud de onda.
En el siguiente esquema hay dos escalas que tienen consistencia física y matemática entre si. La primera se refiere a la frecuencia de las ondas electromagnéticas y la segunda a la longitud de onda de las mismas.
La longitud de onda es el parámetro que distingue los distintos estadios del espectro electromagnético, pero al mismo tiempo la longitud de onda es la que produce una determinada frecuencia que incide también en la graduación de las ondas electromagnéticas cuya velocidad es de 300.000kms/s
La parte visible del espectro electromagnético es la luz, que estimula la retina de nuestros ojos y nos hace percibir el mundo que nos rodea.
Para medir la longitud (λ) de las ondas luminosas nos valemos de una medida conocida como nanómetro, que equivale a la mil millonésima parte del metro.
La energía que vemos como luz mide entre 400 y 700 nanómetros, como se representa aquí en el espectro electromagnético. Nanómetro es una de las medidas de longitud de onda que se usan en la física de la luz y su signo es "nm". También se utilizan los Amstrong o Å.
La luz y la visión
Los colores que perciben nuestros ojos o que excitan la emulsión fotográfica sólo se hacen visibles por medio de la luz. La totalidad de la luz que incide en nuestros ojos, y que por consiguiente vemos, procede de una fuente de luz natural (sol) o de una artificial (fuego, bombillos caseros de tungsteno, tubos fluorescentes, etc.). La luz emitida por estas fuentes y que nosotros percibimos como blanca, no tiene un solo color.
Al descomponerse esta luz por la refracción de sus rayos a través de un prisma o de la llovizna, podrá comprobarse que al salir no es blanca sino que se compone de muchos colores, el arco iris, cuyos principales colores son: azul, verde y rojo.
Estos colores constituyen lo que se denomina el espectro de luz visible, es una parte pequeña del espectro electromagnético.