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Imaginariamente divides el visor de la cámara (que a la hora de la verdad es el mismo fotograma) con dos paralelas verticales y otras dos horizontales formando nueve rectángulos iguales las intersecciones se denominan puntos fuertes y la ubicación visual sobresaliente está en el punto superior izquierdo. Algunas cámaras tienen una rejilla para ayudar a la división.
Un sujeto no tiene porqué estar situado en el centro de la escena, pues se podrían dejar partes de la fotografía vacías. Es recomendable ocupar la mayor parte de la fotografía para obtener mejores resultados. Trataremos de que las líneas más importantes de una fotografía se ajusten a esos tercios.
Las diagonales entre los puntos fuertes también juegan papel importante en la construcción visual y se llaman usualmente "puntos de fuga" que orientan la visión del observador invitándolo a que no salga de la escena.
Conservemos al sujeto esencial lejos de los bordes de la foto, si queda muy al borde pierde interés a menos que llenemos el resto de la imagen con un fondo etéreo y sin importancia. Ejemplo: fotografías a tu novia de perfil. Si el perfil no le favorece, entonces la fotografías de frente, o cambias el punto de mira. Como ella es tu punto de interés la encuadras de arriba hacia abajo (picado) o de frente o de abajo hacia arriba (contrapicado). La puedes visualizar en la parte izquierda del visor y seguirá siendo importante en tu foto, siempre y cuando el resto de la escena que visualizas quede muy clara o muy oscura, para que no pierda protagonismo el modelo del retrato.
En la primera foto como el cielo no es llamativo le damos importancia al suelo.
En la segunda mi señora está ocupando el tercio vertical para aprovechar el paisaje también
Tercera: el cielo es llamativo le quitamos importancia al suelo y se la damos al cielo.
1a Foto: el
sujeto está ubicado en un tercio (vertical) y el horizonte en el superior.
2a Foto:
los objetos se ajustan a un tercio
vertical.
3a.Foto:
En esta imagen se ajusta la
Según la división por tercios de una escena, la confluencia de los tercios marcan unos puntos donde se hacen llamativos los objetos, llamados puntos fuertes. El centro es un punto fuerte. Es recomendable hacer coincidir los objetos con estos puntos. En la foto del grupo, este ocupa puntos fuertes, lo mismo las flores.
En algunas fotografías quedan muy marcadas algunas líneas. Éstas deben ser ordenadas, que no se crucen y, a ser posible, que confluyan en puntos fuertes. Los corredores exteriores de la bella Biblioteca Virgilio Barco son líneas ordenadas como las diseñó Rogelio Salmona, y en el mostrario de artesanías de Ráquira las campanas íneas sobre los puntos fuerte.
Al desplazar el horizonte del centro de la imagen se obtiene una composición asimétrica. En la primera foto (arriba derecha) el horizonte imaginario le más da importancia las nubes tormentosas que al profundo cielo azul. El horizonte de la 2ª foto se situó en el tercio inferior para dar protagonismo al cielo protagonismo al cielo, y en la 3ª imagen se aumentó el protagonismo al suelo subiendo al siguiente tercio. Ha que evitar colocar el horizonte en el centro del encuadre.
Las dos líneas verticales son de gran utilidad para situar, por ejemplo, a uno de mis Estudiantes, en el paisaje de Guatavita en el tercio de la derecha, dejando espacio (aire) a un lado de él.
Una sensación importante para el ser humano es sentirse ubicado sobre la tierra. Cuando nos sintamos volando, ya no estamos en los cinco sentidos, y no tenemos a donde ir. Por eso la estética maneja el horizonte: la línea que nos orienta en el caminar, en el correr, en el deporte, en el arte.
En la fotografía, captar un horizonte, real o imaginario, es esencial para dar placer al observador. Cuando alguien mira mi foto, quiere algo interesante: un recuerdo, una vivencia (presente, pasada o futura). Si yo le doy gusto dirá, sin duda, “que hermosa fotografía”.
Casi siempre es fatal, si el horizonte divide la imagen por toda la mitad, esa línea distrae la atención, se pierde la belleza de la imagen que quise captar, se pierde totalmente la perspectiva, hay una imagen pesada. Claro que hay excepciones. Algunas veces un horizonte en la mitad de la imagen, vertical u horizontal puede dar la sensación de quietud, descanso, paz, dependiendo de las formas y líneas que la construyan, y dependiendo de la luz y la sombra que la balancean.
Otra cosa ocurre cuando la línea del horizonte la coloco ubicando la zona áurea donde debe estar. Si pongo el horizonte arriba de la zona áurea le doy importancia a la parte inferior de la imagen. En este caso me dedico a componer mi foto en la parte inferior con protagonismo y el la parte superior como contexto. Si pusiera el horizonte abajo, le daría protagonismo a la parte superior de la imagen.